Blogia
El diario de los mártires

Profesor al rescate, padre al ataque

La niña, que como todos los niños que se precien es un diablo con patas, traspasó las cintas de colores que separaban el patio de la obra decidida a ser feliz, a saber qué había de nuevo en el lugar. “Una losa, dos, cemento, qué ilusión”. “Niña, que no se puede pisar”. “Este es mi colegio y voy donde me da la gana”. “Niña, que te vas a hacer daño, que este no es un sitio para jugar”. “Llama a los maestros Juan que esa niña nos va a traer problemas”.-Anda Fulgencio, te tocó. –Ha dicho la directora por imperativo legal. Le tocó rescatar un angelito que está donde no debe.-Venga, sal y vete con tus amigas. -¡Mis amigas son unas pavas! –dijo ella refunfuñando. ¡Y a mí me deja so pesado, me tiene manía! ¡Qué hartura de maestro.-¡Eh... no pises ahí, que está fresco!-Venga, venga, acompáñame”. –El  maestro guardia jurado invitó a la aprendiza  de albañila a abandonar la obra. -Quita, que yo tengo de Reyes el play constructor y sé lo que me hago. Que me deje, so pesado.  El guardia de la obra pone una sonrisa y toma de la mano a la pupila. La mamá, abnegada persiste en sus labores. En el reparto de tareas le tocó ser mujer y tiende en el cordel los calzoncillos recién centrifugados de papá. Su hombre, el rey de  la creación. “Mi niña por dios, qué le está haciendo ese maestro a mi niña”. Del cuarto D a la tierra llega en un pis pas. “Que lo cojas coño, que lo cojas coño, o es que no te enteras”. En el terminal de su esposo suena la voz corralera de Belén Esteban como timbre. “¿Me oyes?, que te vengas, que un maestro... que lo he visto yo, ha arrastrado a la niña por todo el patio. ¡Que mala sangre hay que tener!”Y papá presto y servicial, se trata al fin y al cabo de la educción de su niña, deja la caña y el pincho a medias sobre la barra del bar y pone la sirena y se mueve a toda pastilla por la ciudad. Un semáforo, otro... Una urgencia es una urgencia. “Lo que digas mi amor. ¿A mi niña, a mi niña? ¿Dónde está el mal-nacido que ha maltratado a la niña de mis ojos? ¿Y aquí quién es el director?”

1 comentario

Miguel Begines Roncero -

La gente está perdiendo los papeles. Fíjate lo que pasó en Jérez. Lo mismo casi.